Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Corintios 11, 13-32

13 Porque esos tales son unos falsos apóstoles, unos trabajadores
engañosos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo.

14 Y nada tiene de extraño: que el mismo Satanás se disfraza de ángel
de luz.

15 Por tanto, no es mucho que sus ministros se disfracen también de
ministros de justicia. Pero su fin será conforme a sus obras.

16 Digo una vez más que nadie me tome por fatuo; pero, aunque sea
como fatuo, permitidme que también me gloríe yo un poco.

17 Lo que os voy a decir, no lo diré según el Señor, sino como en un
acceso de locura, en la seguridad de tener algo de qué gloriarme.

18 Ya que tantos otros se glorían según la carne, también yo me voy a
gloriar.

19 Gustosos soportáis a los fatuos, ¡vosotros que sois sensatos!

20 Soportáis que os esclavicen, que os devoren, que os roben, que se
engrían, que os abofeteen.

21 Para vergüenza vuestra lo digo; ¡como si nos hubiéramos mostrado
débiles...! En cualquier cosa en que alguien presumiere - es un locura lo que
digo - también presumo yo.

22 ¿Que son hebreos? También yo lo soy. ¿Que son israelitas?

¡También yo! ¿Son descendencia de Abraham? ¡También yo!

23 ¿Ministros de Cristo? - ¡Digo una locura! - ¡Yo más que ellos! Más
en trabajos; más en cárceles; muchísimo más en azotes; en peligros de
muerte, muchas veces.

24 Cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos uno.

25 Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces
naufragué; un día y una noche pasé en el abismo.

26 Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros
de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en
despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos;

27 trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed;
muchos días sin comer; frío y desnudez.

28 Y aparte de otras cosas, mi responsabilidad diaria: la preocupación
por todas las Iglesias.

29 ¿Quién desfallece sin que desfallezca yo? ¿Quién sufre escándalo
sin que yo me abrase?

30 Si hay que gloriarse, en mi flaqueza me gloriaré.

31 El Dios y Padre del Señor Jesús, ¡bendito sea por todos los siglos!,
sabe que no miento.

32 En Damasco, el etnarca del rey Aretas tenía puesta guardia en la
ciudad de los damascenos con el fin de prenderme.